A lo largo de los años ha tenido varios culpables según las circunstancias
El Inefable Titiritero que la Sembró
Haciendo un poco de historia reciente el término Guerra Económica tuvo su padre putativo en la persona de Hugo Chávez, quien después del Paro Petrolero anunció una serie de medidas económicas como paliativo para solucionar la crisis pero el propio chávez alertaba a la población de una Guerra económica de incalculables proporciones.A lo largo de la revolución socialistas, no siempre tuvo los mismos detractores, la danza de de los culpables es para escribir un libro de un best seller como las novelas de Alicia en el país de las Maravillas. En el año 2003 Hugo Chávez a su regreso a la presidencia, acuñó el término de Guerra económica atribuyéndose a cuatro árbitros de la maldad: La Burguesía. Fedecamaras. Consecomercio y la Empresa Polar y en aquella ocasión exclamó con el lenguaje ofensivo y retador que lo caracterizó diciendo lo siguiente: Me declaro en guerra económica, a Uds burgueses de pacotilla jamás podrán quebrantar la revolución socialistas y reto al empresario de La Polar Lorenzo Mendoza. Vamos a ver quien aguanta mas, si tu con tu Polar y tu riqueza y yo con mi pueblo y mi dignidad. Una sentencia guerrera de un presidente suprematico del estado soy yo. por sobre mi nadie, fui elegido como comandante supremo y una declaración carismática de delirios de grandeza.
El término guerra económica bajo la percepción de artillería de oficio desapareció del léxico oficialista durante la enfermedad de Chávez, pareciera haber caído en desuso al no calar en el ánimo de la feligresía de la idolatría de apoyo a un líder carismático, que se aferraba a la vida, ante una enfermedad maligna que lo aquejaba y el temor a un desenlace fatal como desafortunadamente ocurrió.
Sin embargo en el III Congreso de la revolución del PSUV celebrada en el hemiciclo del Teresa Carreño en Julio del año 2004, los camaradas combatientes suscribieron una declaración de principios de apoyo irrestricto a la revolución e incluyeron como tema de discusión, otra vez la guerra económica. En esta oportunidad surgió el discurso de un nuevo actor de la comedia por capítulos, el presidente de PDVSA Rafael Ramírez Carreño, quien con su voz pausada pero con energía dijo a los presentes que los ataques a mansalva por el mampuesto, venían de los agentes de las transnacionales norteamericanas para apoderarse de nuestro petróleo. Noticias carentes de toda veracidad, únicamente para conseguir apoyo revolucionario y culpar el imperio de todos los males, que ellos mismo crearon. Otra óptica de ver la guerra económica.
La percepción de un guerra económica después de tantos dimes y diretes de los dos bandos en pugna, tuvo como una especie de Armisticio al suspender por breve tiempo las agresiones, por un lado de un régimen acusador y por el otro el bando opositor acusando de chantajista al gobierno, a consecuencias de las políticas erradas. La tregua se mantuvo en una actitud silenciosa a bajo perfil y volvió por sus fueros entre los años 2012 cuando Maduro asumió como presidente encargado y para solapar la ineficiencia asumió la creación del SICAD en sustitución del sistema de transacciones con títulos de moneda extranjera ( SITME ) este periodo de una supuesta paz y reconciliación, coincidió con el anuncio de la enfermedad de Chávez, su convalecencia hasta que no pudo recobrar su salud y falleció.
Como dato curioso el Ministro de Planificación Financiera, el Monje Jorge Giordani a lo largo de los 15 años en el poder, jamás mencionó que en el país existiera un guerra económica.
Al momento de la elección en el 2013 , Maduro continuó con las mis políticas de su predecesor Hugo Chávez. Al asumir la presidencia se vio atrapado por una serie necesidades por atacar en breve plazo, una alta tasa de inflación la mayor del mundo con vicios de crecimientos cada vez mayores, el problema de la escasez de divisas para la adquisición en el exterior de los bienes e insumos necesarios para reactivar la economía, los precios del petróleo presagiaban una especie de caída libre, un mercado atípico donde la oferta superaba la demanda. Con todas estas imperfecciones de criticidad en lo que podríamos llamar un callejón sin salida, aparecieron las protestas de la colectividad exigiendo al gobierno celeridad en la toma de decisiones, ante la pasividad, aparecieron las llamadas Guarimbas que no fue otra cosa que el clamor popular, mediante manifestaciones de calle y Maduro por su parte con otra lectura muy diferentes a las exigencias de su pueblo. Insistía en que todo se debía a una guerra económica orquestada por grupos de oligarcas dirigido por el imperio capitalista. Los economistas estudiosos en el comportamiento de las variable económica informan que es casi imposible reactivar la economía con un control de cambio a merced de las pretensiones de un gobierno que no gobierna, usa su poder propagandístico, diciendo que El Progreso mediatizado se debe a la revolución, pero los problemas por resolver, se las achacan a una guerra económica exógena.
La guerra económica de los precios justos, conspira en favor del hambre y la miseria. Una red de inspectores de los llamados Caza Guiros deambulan por los Supermercados y casa de abastos exigiendo que deben etiquetar en los productos los llamados precios justos y no mantener inventarios de reposición de mercancías en los almacenes, so pena de una multa por un supuesto acaparamiento. Empresas menores alrededor de 100.000 se han visto en la necesidad de cesar en sus actividades por falta de insumos y otras por la imposibilidad de acatar la política de los precios justos.Trabajadores para llevar el sustento diario a sus familiares, han tomado el camino del comercio informal, la buhonería y otros más habilidosos se han convertido en " Bachaqueros " . Este es el único país del mundo con un control de los precios, la regulación solo ha servido para que el producto desaparezca del mercado, p.e Un cartón de 36 huevos cuesta en el mercado especulativo Bsf 1500 y el gobierno lo reguló en Bsf 450, esto fue la causa de que desaparecieran del mercado, imposible trabajar a pérdidas, esta es otra guerra económica que explota en la cara de un régimen que no controla absolutamente nada.
El optimismo y la paciencia del Venezolano
después de una prolongada espera, para que el gobierno reactive la economía, perdió toda credibilidad y el pueblo dejó de creer en las políticas de chantaje el oprobio y la represión. El resultado de esta revolución es que paulatinamente va quedando sin un pueblo que lo respalde y apela a la política del despido a los funcionarios públicos que no le brindaron su apoyo en los comicios del 6D. Una flagrante contravención a la Ley de Trabajo y su reglamentos, despidos masivos injustificados como una retaliación caprichosa y ventajistas, sólo los incondicionales al régimen tienen derecho al trabajo. Esta actitud pendenciera es contraria a lo que Maduro refrendo en la ley Habilitante, inamovilidad laboral por un año, pero será para la empresa privada, porque su revolución puede hacer lo que le venga en gana. Esta es la otra guerra que tenemos los Venezolanos en contra del gobierno por la violación del derecho al trabajo y los derechos humanos en sus diversas manifestaciones. Esperamos que con el triunfo comicial se el preludio de la luz de la esperanza que comienza a verse al final del túnel. La felicidad está en la mente de los que hacemos vida democrática, no es un regalo, se conquista. Que dios nos acompañe en tan anhelados propósitos.
Escrito por Lindolfo Perozo
email: perozo.lindolfo@gmail.com
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