Preocupación por el pago de los intereses de los Bonos en moneda extranjera, incumplimiento de las obligaciones contraídas.
La insuficiencias de divisas derivadas de lo ingresos petroleros, único sector generador de dinero en moneda extranjera y aunado al hecho en la baja de los precios de crudo en el comercio internacional, pone a Venezuela en una situación de precariedad, al no contar con el dinero suficiente para cumplir con el servicio de la deuda y consecuencialmente se enciendan las alarmas de los acreedores foráneos ante un posible incumplimiento de pagos. Las reservas del Banco Central de Venezuela a llegado a niveles muy bajos y escasamente pueden cubrir para la compra de materias primas y productos terminados, pero no lo suficiente para mantener los anaqueles medianamente llenos de comidas, medicinas y artículos de primera necesidad que el pueblo reclama. La cartera crediticia de deuda contraída con prestatarios foráneos no soporta más préstamos, aunque se tiene el aval en ciertos casos de intercambiar deuda por petróleo a futuro, las posibilidades de que el precio del barril aumente a niveles razonables es muy remota. Por otro lado tampoco se visualiza a corto y mediano plazo un incremento en la producción, porque no hay inversionistas que quieran invertir en el negocio, por la inestabilidad de la política del gobierno y baja incidencias en el acatamiento de las leyes de la república y el incumplimiento de los contratos suscritos entre las partes.
Por otra parte la ciudadanía se ha visto muy afectada con los anuncio del poder Ejecutivo Nacional incrementando el precio de las gasolinas, y un incremento salarial ineficiente, porque a parte de afectar la liquidez de las empresas, el resultado es el tradicional de todos conocido, que no es otro que el traslado del incremento a la estructura de costos al precio del producto final que deberá pagar el trabajador que recibió apenas un aumento salarial del 20% y mucho más crítico a los desempleados que los deja indefensos y a dedicarse a la mendicidad, para no morirse de hambre.La solución no va por la necesidad de equilibrar los salarios a los precios, porque jamás se alcanzarán. La propuesta de los representantes del sector empresarial es la reactivación de la zona industrial y la de la producción masivas de los bienes y servicios, para satisfacer el mercado de productos y por la ley de la oferta y la demanda, forzar que los precios bajen. Hay otro inconveniente que no es el precio del dólar, sino la escasez de la moneda extranjera, por la sencilla razón de no haberse generado la confianza para atraer nuevos inversionistas en otros ramos de la economía diferente a los hidrocarburos. Estos hechos nos llevan a un callejón sin salida, por la incertidumbre de no tener los fondos necesarios para el pago de la deuda, intereses de letras del tesoro y de bonos estructurados de la más variada naturaleza que al decir de especialistas de política monetaria estaríamos en las puertas de una insolvencia económica nada deseable para un país en crisis.
El gobierno ha agotado todas las instancias crediticias, buscando dinero fresco para financiar mayormente el gasto corriente. La inversión de capital a proyectos que generen ingresos en moneda extranjera ha sido prácticamente nula, ha preferido ir por la vía del préstamo y cada vez solicita dinero emergente para compensar la baja de los precios petroleros. No tuvo la previsión del ahorro cuando los precios estaban altos, como lo haría cualquier empresa bien administrada. Ha tenido que echar mano a la emisión de los llamados Bonos públicos que son instrumentos crediticios respaldados por la República Bolivariana de Venezuela, estos son más solicitados y comercializados , por cuanto son más que las obligaciones emitidas por las empresas, pues no tienen el riesgo de empresa, ni del sector sino riesgo país. Los principales bonos públicos emitidos por el gobierno nacional en el mercado de valores son entre otros los siguientes: Letras del Tesoro. Bonos de la deuda pública nacional. Bonos del Sur, Bonos soberanos y Bonos emitidos por PDVSA. Cada diversidad de bonos tiene sus características muy particular que los separan los unos de otros. En teoría el gobierno cuando hay mucho dinero en la calle, emite bonos para cambiarlo por dinero para recoger el dinero inorgánico y tratar de equilibrar la oferta de bienes y servicios a la demanda de los mismo, ya que un bien escaso dispara el efecto inflacionario, la gente estaría dispuesto a pagar lo que sea necesario para adquirirlo. Allí entra la especulación que el gobierno no dispone del mecanismo para controlarlos, se disparan los precios y escasean. Lo poco que ofrece el mercado, lo adquieren los llamados “ Bachaqueros “ y el precio no es otro que el que Ud esté dispuesto a pagar para adquirirlo.
Letras del Tesoro. Es un título de deuda a corto plazo, documento emitido por el gobierno central su vencimiento suele ser de 3, 6 o 12 meses son los más comunes y los de mayor frecuencia y volumen de emisión.
Bonos de la deuda pública nacional. Son aquellos instrumentos mercantiles emitidos por el estado Venezolano para atender los compromisos de pagos e inversiones del sector público, que permite obtener el capital necesario a través de ofrecer un rendimiento o interés competitivo que atraiga a los posibles inversionistas que deseen canalizar sus ahorros por mediación de ese mercado. Por lo general son a largo plazo y el pago de los intereses que genera el principal, se paga trimestral, semestral o anual. El rendimiento que se otorga en el tiempo es a través de cupones, que viene a representar la promesa del pago como beneficio el tenedor del bono. Al mismo tiempo se revisan de antemano las bases de cálculo que se aplica al principal.
Debido al control de cambio impuesto por el gobierno estos bonos cotizados en divisas, representa una esperanza para quienes buscan obtener de algún modo acceso a las divisas extranjeras. Su emisión originó un descenso en el dólar paralelo por lo complicado del mercado que el gobierno acusa de todos los males por lo especulativo de adquirirlo.
Los Bonos del Sur que para muchos le endilgan el remoquete de lo más parecido a los que los Argentinos llaman “ Bonos Buitre “ se dicen que son aquellos que los compradores pescan en río revuelto, los adquieren de empresas en situación deficitarias a muy por debajo del valor del mercado, generalmente con el 20% o el 30% de su valor nominal y luego mediante litigio logran recuperar el 100% del principal.
Esta oportunidad los Bonos del Sur constituyeron una emisión conjunta de papeles entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Argentina, tres fueron las transacciones financieras de un solo título. El primero de ellos fue en Noviembre del 2006 por un monto de 1.000 millones de US$. La segunda emisión llamada Bono del Sur II en febrero del 2007 por 1.500 millones de US$ y una tercera Bonos del Sur III emisión de Agosto 2007 por 3.500 millones de US$ respectivamente.
VEBONOS. Son aquellos instrumentos financieros emitidos por el estado Venezolano, para atender sus compromisos de pagos e inversiones del sector público y especialmente para pagar la deuda atrasada contraída con los profesores Universitarios, financiando a través de este tipo de instrumento. Sin embargo la mayor parte de lo adeudado a profesores universitarios no se le entregó el efectivo de la deuda y se les otorgó un Vebono con sus cupones para que recibiera el interés pagadero cada tres meses, al principio parecía una buena negociación para el profesorado, con la promesa de devolver el principal en el lapso del plazo convenido, pero la inflación desmejoro el poder adquisitivo del tenedor del Vebono y terminó negociando al propio gobierno, con un valor nominal de 50% de su valor original, tremendo negocio para el propio gobierno.
BONOS PDVSA. Esta emisión de bonos fue hecha bajo una estrechez de flujo de caja para inversiones de capital, que a la postre sirvieron para financiar el gasto corriente. Estuvo compuesta por una oferta significativa de papeles cuyos vencimientos para años atrás fueron para los años 2017, 2027, y 2037. Sin embargo no se conocen las razones de que estos no fueron registrados bajo la ley de mercados de capitales de los Estados Unidos y fueron ofrecidos solo fuera de EE.UU de conformidad con la regulación establecida en la referida ley.
La adjudicación de estos papeles comerciales no tuvieron la finalidad por las cuales se crearon, muy cuestionados y argumentando poco transparencia, bajo el concepto de que PDVSA era una empresa que se encontraba bajo sospecha de una insolvencia económica y debía mucho dinero en el exterior, por demandas por incumplimiento de los contratos de hidrocarburos, con el agravante de un flujo de caja negativo, bajos precio del barril y una producción en declive por falta de inversión de capital para la explotación de nuevas exploraciones de pozos petroleros. En definitiva un panorama poco esperanzador y endeudada por los cuatro costados.
Al
instante de preparar este artículo conocimos de un hecho noticioso, el
10 de febrero de 2016 fue publicado en gaceta oficial No 40845 el
decreto en el cual el presidente de la República, autoriza la creación
de una empresa militar denominada, Compañía Anonima Militar de
Industrias Mineras Petroleras y de Gas ( CAMIMPEX ), la cual estaría
adscrita al Ministerio del poder Popular para la defensa, con funciones
paralelas a PDVSA y liderada por un militar activo de la Fuerzas Armadas
de Ejército el General Vladimir Padrino López y cuatro ( 4 ) militares
Generales activos en función de directores. Ello representa una dualidad
de funciones de estos militares en contravención a la Carta Magna. Los
militares están formados académicamente para vigilar a la ciudadanía y
preservar la buena marcha de la convivencia ciudadana y no para
participar en negocios desconocidos para ellos. Estas asimetrías pone en
tela de juicios la seriedad en el manejo de la cosa pública y debe ser
del conocimiento de la Asamblea Nacional, quien a su vez debe interpelar
al militar Padrino López y al Presidente de PDVSA para que explique las
razones y motivos en inmiscuirse en labores ajenas a la actividad
castrense. Hay que poner coto a las complacencia del régimen, con
propósitos inconfesables atribuidos a ceder cuotas de poder para que el
propio presidente de la República recibe en compensación un apoyo
irrestricto.
Lo que sí es cierto es que el poder Ejecutivo gobierna por decretos sin la debida acción, así no llegamos a ninguna parte.
Para concluir este panorama poco alentador para los que dirigen la política económica de Venezuela, para el año 2016 debe cumplir con el servicio del pago de la deuda y los intereses por la emisión de bonos en el orden de $ 12 millardos y pagar intereses en el orden de 6.1 millardos de dólares de la deuda de PDVSA y los intereses de bonos y según analistas expertos en política monetaria, existen dudas razonables que pueda honrar sus compromisos. Las reservas operativas están en su nivel más bajos, escasamente 1.9 millardos de dólares, el resto son los lingotes de Oro en las bóvedas es del BCV estimadas en 11.8 millardos de dólares y papeles comerciales de bonos de poco valor comercial. La opción de vender a CITGO surgió como una alternativa, pero no es tan fácil realizar la venta en el exterior, además seguir endeudándose con los Chinos a cambio de las ventas de petróleo a futuro. De lo contrario estaríamos en las puertas de un Default, nada deseable para un país en crisis. Ojalá tengamos un cambio de timón en breve plazo y podamos refinanciar la deuda y utilizar ese dinero para reflotar la economía y poner a funcionar en buenas manos el aparato productivo. Las esperanzas será las últimas opciones en perder y hagamos conciencia de lo que representa la mejor forma de administrar los fondos públicos, con honestidad y visión de negocios.
Escrito por Lindolfo Perozo
email: perozo.lindolfo@gmail.com
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